miércoles, 2 de enero de 2013

Promesas del año viejo ....


Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí. Me he guardado como se guarda un casto hasta el matrimonio para escribir la conclusión de una etapa que llegó a su fin. No he escrito y no me gusta eso, es la primera gran promesa que rompí este año.

He concluido mis estudios. Hasta pronto querida universidad. -Espero no extrañarte tanto-. Ahora viene lo bueno y la parte más difícil de la vida. Mantenerse por sí solo y formar parte de la creciente tasa de asalariados inconformes o desempleados felices. Una promesa no tan divertida de cumplir.

Otro año más que termina y sucede como un correteo de avestruz. Será que uno entre más viejo más rápido siente que pasa el tiempo… y como supuse, no podríamos tener tanta suerte y el mundo no se acabó. Ni los mayas sabían cumplir sus promesas. No me siento tan mal.

Han sido días difíciles pero los he disfrutado mucho. El dolor y el placer tienen la misma dosis de intensidad. Perdí un amor, perdí un amigo, perdí un hermano, perdí la inspiración… y todavía no sé si podré algún día recuperar alguno. Yo espero que sí, pero mejor no ilusiono y no espero nada. Mis expectativas en cuanto al amor y vida personal se fueron por el excusado este año si es que no me captaron.

Y no me gusta mucho recordar mis errores aunque a veces sea necesario para no cometerlos otra vez. Pero es que hay errores tan hermosos que hasta el propio corazón que todo lo siente nos justifica y se sacrifica, solo por darnos el gusto un momento. Y cuando te das cuenta que hay errores nuevos y más atractivos, te olvidas de los viejos y le decís a tu corazón: no seas pendejo, ahora te voy a dar una razón más fuerte para que llorés, pero también gocés…

¿Qué he aprendido de la vida? Pues no sé, no me pregunten que apenas cumpliré 22 años. Pero nadie me puede decir cómo vivirla. He conocido el dolor, de ese que es inexplicable y que siempre está allí en algún rinconcito. He conocido el amor, que aunque jodido, me ha dado momentos de felicidad y adrenalina que ninguna otra droga podría darme. He conocido el valor de la amistad y he aprendido que todo tiene fecha de caducidad. Que la frase, “te amaré por siempre” la inventó un poeta a quien no le habían roto el corazón.

Este año hice poco ejercicio. Besé pocos labios. Leí poco. Comí mucho. Reí mucho. Bailé mucho. Me emborraché mucho. Lloré demasiado. Soñé muy poco… pero no quiero manejar mi vida midiendo cantidades. Yo mido mis intensidades, porque así soy de atolondrada, excesivamente feliz, excesivamente triste. Nada a medias. Si algo es a la mitad, no vale la pena.

Algo raro pasa conmigo, que como mucho, cualquier cantidad de chatarra y no engordo tanto. Al final el cuerpo saca factura, pero confieso que me aprovecho del asunto. Quizás después si tenga que cuidarme más. Pero por ahora, dentro de mis deseos no está hacer dieta, aquí no hay promesa que valga.

No es porque sea año nuevo pero tengo esta especie de sensación de renovar ciertas cosas de mi vida sin dejar de ser yo misma. En tan poco he aprendido duras lecciones y quiero sacarle provecho a lo que me costó aprender con lágrimas y con risas. Quiero hacer tantas cosas y por momentos siento la energía de un meteorito en mis venas. Por otros ratos soy la misma maniática depresiva que no quiere verle el cacho a nadie. 

No me gusta hacer promesas, no es mi intención hacer promesas. Las personas que he amado y en las que he confiado me enseñaron que no existen, aunque en el momento que se dicen, son sinceras y con todo el amor y honestidad que existe, al final siempre te van a fallar, al final siempre te joden, y si no la hacen… me gustaría conocer a esa persona, porque seguramente no es un terrícola. 

4 comentarios:

  1. Tal vez no estudio periodismo, ni sea el mejor lector, escritor o sabio para mi edad y tiempo, ni el mejor estudiante, hijo o para mi gran bendicion, no sea aun y esperemos que lo vaya a ser, el mejor padre..., pero de tus publicaciones anteriores o esta actual; existe una brecha notable, en cuanto la persona que escribia antes y escribio hoy. pienso que este es tu comentario mas adulto hasta ahora haha, de repente ponete nerviosa que ya parece que te caen los años. tal vez hasta ahora lo entiendes, o ya lo sabias pero no lo asimilabas, pero la leccion del crecer es profunda, contumeriosa captarla porque choca con la fuerza de voluntad. Para llegar a ser feliz, y lo que rodea sea felicidad y triunfo, se empieza desde adentro. La respuesta a la pregunta mas dificil, es a veces la respuesta mas corta, logica o ridicula. Es cierto, no hay que perder algo de la inocencia que todos tenemos, porque el corazon y la mente deben ser jovenes siempre, pero fuertes!Diria que has crecido, porque has venido aceptando quien eres, porque estas aqui, y mas que nada vives con estusiasmo por seguir adelante. cuando uno se purifica(abraza lo que uno es), el entorno se va transformando, eliminando o agregando, pero siempre mejorando! se ganan y pierden cosas(personas, cosas o lugares)pero se enriquece el alma, porque amas lo que eres. esto lo se, porque es la leccion que la vida me ha dado, y he visto sus frutos, y a pesar de los sacrificios y dificultades que la vida regresa por justicia, no hay que perder la fe ni el vigor del espiritu por ir adelante siempre!

    ResponderEliminar
  2. Muchas Gracias Leo. Ha sido lo más lindo que me han dicho desde que abrí esta cosa... me gusta mucho como escribís, esa parte no me la sabía.

    ResponderEliminar
  3. me encanta como escribes,, tiene ese toque natural sin agregarle tanta palabra sofisticada o complicada,,exitos en tu vida lizbeth

    ResponderEliminar