lunes, 27 de febrero de 2012

Hola Amiga Hipocresía...


Son la 1:05 de la tarde en mi pueblo, mi querido pueblo donde la gente casi no es chismosa… pues bien, hace un sol abrasador, ya empieza a sentirse el aroma del verano. Voy del brazo de mi mejor amigo, como siempre riéndonos de cualquier estupidez, estamos en un centro comercial, el preferido por la mayoría para ir a tomar algo y refrescarse un poco de ese incómodo calor.

Nos sentamos en una banca al final de la plaza mientras saboreamos unas granitas de fruta que recién compró mi amigo.

Como siempre ando mi pelo suelto y despeinado, mi amigo me queda viendo como si le estorbase mi pobre cabello y me dice: “que charral, peinate”, poco me importan sus palabras burlistas pero un tanto sofocada por la temperatura de sus comentarios, me agarro el pelo con una cola.

Platicando sabe Dios que cosa, mi fregada miopía alcanza ver a una muchacha, de mi edad, nunca fue mi amiga, pero la conozco de años, fuimos a la misma escuela, nos graduamos en el mismo colegio, tiene el cabello rizado, piel oscura, de baja estatura, pero tiene una leve elegancia al vestirse y hablar, no es fea, tampoco es bonita, no la odio, pero haciendo honor a mi franqueza diré que más de una vez hice el intento de llevarme bien con ella. Misión Imposible IV.

En fin, la diviso, no le doy importancia y no le digo a mi amigo porque la plática está más interesante, pero como es de esperar, mi acompañante pareciera que tiene ojos atrás y cuando menos acuerdo le está haciendo señas para que se vaya donde estamos nosotros, ella me mira y en su cara se dibuja una sonrisa torcida, yo finjo ver a otra persona, mi amigo le insiste y la llama por su nombre, ella un tanto comprometida se dirige hacia nosotros, yo pellizco a mi amigo, él me dice sonriendo “comportate” yo sonrío también y lo pellizco otra vez pero más fuerte.

-Hola, ¿cómo estas? – Me dice después que intercambiamos un beso en la mejilla.
-Bien! Tiempos sin verte. – le contesto con mi sonrisa forzada.
-Estás más delgada.- Miente.
- Y vos qué guapa estás.- miento también.

Y luego sin más farsas que decir apartamos la mirada y ella se pone a platicar con mi amigo, que también es amigo de ella, mientras yo finjo que alguien me manda mensajes a mi celular. Me siento incómoda. La miro de la cabeza a los pies. La observo como habla. No me gusta como se ríe. No me gusta saber que no nos caemos bien. Me acuerdo de la escuela, del colegio, siempre se creyó la sabelotodo. Y lo peor del caso, le gustaba el mismo chavo que a mí. Dios, no la soporto, pensaba. Mientras me volvía a sumergir en mi teléfono.

Por fin se va, y nos despedimos de beso pero ninguna hace sonar los labios, fue tan chistoso como fatigoso. Se dio la vuelta, mi amigo me queda viendo con la sonrisa más burlona que tiene y yo le advierto: cerra el pico. Se ríe de mí. Ambos nos reímos.

Soy una hipócrita, le dije. ¿Qué pasaría si las personas dijeran lo que piensan de los demás, aunque no sea nada agradable? Qué reacción hubiese tomado ella si en vez de saludarla le pongo cara de perro y le digo: a mi ni me hables, nunca te he caído bien, me criticas con tus amigas, alguna vez me habrás dicho “zorra” porque el tonto aquel del colegio se besaba conmigo y no con vos, no me gusta tu pelo, no me gusta que seas mentirosa, odio decirte que no te odio y odio más decirte que no puedo hacerlo, simplemente no me caes bien, tengo calor, mi granita se derrite y no te quiero saludar; me siento una perra por decirte esto pero es la verdad.

Me imagino su reacción. Pero si ella también quisiera decirme en la cara lo que piensa de mí, dudo mucho que sean cosas bonitas y estaría en todo su derecho de hacerlo.

Soy temperamental gracias a mi madre, soy muy expresiva gracias a mi padre y soy sincera gracias a Dios. Pero eso no significa que tenga la licencia y la libertad para hacer sentir mal a alguien con mis palabras, prefiero pecar de hipócrita y no de cínica.

Hay personas en la vida que no tienen que hacer mucho para caer en la punta del hígado a los demás. Si es verdad, ella no me agrada, también es cierto que no me ha hecho ningún daño, ni tengo razones para odiarla, y no ganaría nada en hacerlo. Por eso ahorrarme varios insultos que en realidad están fuera de lugar no significa tanto ser hipócrita sino también ser prudente, mostrar clase y educación aunque mucho me cueste…

Pero volviendo a mi amigo, me encantó su respuesta: no es gran pecado ser hipócrita, pero como todo en la vida, hay ciertos niveles. Hay gente que realmente se pasa, primero te ven, te saludan, te abrazan, te halagan, se dan la vuelta, se ríen, comentan, envenenan con chismes e inventos, luego te vuelven a ver y el ciclo se repite.

Y he caído en la reflexión que para tener equilibrio y paz en la vida se debe ser prudente, hay que educar la lengua y domar los pensamientos negativos sobre alguien. Es de humanos sentir apatía por algo o alguien pero es de sabios aprender a aceptar las cosas como son y no como queremos que sean.

No creo que algún día ella y yo lleguemos a ser amigas, creo es cuestión de compatibilidad. Pero tampoco será justo decirle al mundo que es una mala persona e inventar cualquier estupidez sobre ella.

Cuando la vuelva a ver, no le voy a sonreír sin ganas, ni la voy a balear a morir con mis ojos. Simplemente la voy a saludar, no le voy a decir mentiras sobre su ropa o si está fea o bonita. Solo la voy a saludar. ¿Qué si soy hipócrita? No sé. Pero mantendré el nivel de mi hipocresía al mínimo, y elevaré el de la prudencia.

Saludos, sé que vas a leer esto. 

domingo, 19 de febrero de 2012

Me gusta...


Me gustan los domingos por la tarde en mi casa, me gusta ver mi cuarto desordenado y que aun así se vea bien (aunque mi madre piense lo contrario), me gusta el olor de mi pelo recién lavado.

Me gusta comer tapado olanchano y fresco de tamarindo con poco hielo, me gusta ver a mis amigos, que cada vez son menos, me gusta pelear cuando estoy aburrida pero prefiero amar y hacer reír a los que están jodidos (ojalá alguien hiciera lo mismo por mí).

Me gusta disfrutar el paisaje de un atardecer aunque me digan cursi o ridícula, también me encanta como se ven los cerros en la noche cuando se incendian en el verano, aunque me digan sádica.

Me gusta hacer lo que quiero, lo que me gusta, aunque después me arrepienta, hago lo que siento en ese momento, digo lo que pienso aunque lastime, me gusta más que he aprendido a escuchar y a no juzgar más de la cuenta.

Me gusta ser vanidosa y ser desaliñada con la misma intensidad. Me gusta cuando me piropea alguien guapo y elegante y no un albañil o busero. Me gusta sentirme libre cuando no quiero hacer nada, ni siquiera bañarme o salir de la cama hasta al medio día.

Me gusta leer a autores inteligentes aunque después me diga a mi misma con envida: mierda, qué imaginación de jodido/a. Me gusta escribir mis secretos para no olvidarlos ni deformarlos con el tiempo.

Me gusta sentir este vacío y esta soledad que hoy tengo para saborear y darle matices a mi dolor para poder crear y describir lo que a muchos les cuesta expresar.

Me gusta saber que él me extraña y que se refugia en su orgullo mediocre, me gusta que hable mal de mí con sus amigos cuando está borracho y después en su cama, mire mis fotos, piense en mis besos e intente llamarme. Me gusta colgarle el teléfono, me gusta ignorarlo y hacerlo sufrir, aunque después cago mi orgullo y sea yo quien lo llame.

 Me gusta hacer lo que deseo y no sentirme culpable.

Me gusta el café que me estoy tomando ahorita y el rostro del niño que estoy viendo en los brazos de su madre, me gusta ver a mi familia feliz aunque sea por un rato. Me gusta saber que todo tiene un fin.

Me gustan mis piernas y me gusta enseñarlas, me gusta mi pelo despeinado, me gusta como se ve mi cuerpo desnudo. Me gusta besar y que me besen con ganas, me gusta sentirme amada.

Me gusta sentirme mal de vez en cuando, me gusta el sabor de la aflicción compartida. Me gusta el Karma porque ya me ha sacado varias facturas y las sigo pagando. Me gusta el perdón pero no el olvido.

Me gustan las cervezas aunque mi madre no lo sepa, me gustan las fotos, los hombres, los perfumes y los libros.

Me gusta saber que tengo un buen amigo, me gusta saber que puede ser buena amiga.

Me gusta reírme cuando alguien se tropieza, me gusta cuando no niegan que se tiraron un pedo y no piden perdón por ello.

Me gusta escuchar una canción y acordarme de ese preciso momento en que fui muy feliz, me gusta remover el pasado.

Me gusta tener amigos y amigas gays pues aprendo mucho de ellos.

Me gustan los discursos de Hugo Chávez aunque sean solo palabras, me gusta en secreto Barak Obama, me gusta ver Keeping Up with the Kardashians aunque critique la televisión chatarra. Me gustan las buenas películas.

Me gusta comer...


Me gusta ser joven, me gusta esta vida, me gusta vivirla, por Dios que es verdad, por muy perra que sea a veces es una dulzura también.

Me gusta ver mi cara en el espejo después de llorar, se ve mucho mejor que cuando rio demasiado, a demás las lágrimas limpian el rostro y las carcajadas lo arrugan. Prefiero llorar.

Hoy me gusta todo aunque esté descontenta e infeliz. Me gusta saber que a pesar que hoy son días grises no pierdo mi fea sonrisa, no pierdo mi idolatría hacia el dios del amor ni la fe en mi misma, hoy me gusta sentirme orgullosa de mi misma aunque a veces me deteste con sincero odio, hoy me encanta la idea de vivir en este mundo aunque digan mis primos los mayas que pronto se acaba.

Hasta siempre.

lunes, 13 de febrero de 2012

Será Eterno Mientras Nos Duré, Corazón…



Y llegó el 14 de febrero. Confieso y no por ser aguafiestas que se me hace la forma más tonta de gastar dinero a lo pendejo comprando aquellos cuantiosos regalos y enormes arreglos florales que duran dos días, aunque pensándolo bien, no habría fuerza en este mundo que me hiciera rechazar un regalo así, es solo que los considero realmente innecesarios, los detalles, los pequeños detalles, como dice la canción, son los importantes, y lo mejor del caso: no tiene que ser 14 de febrero para hacerlos. 

Me da ternura la gente que cree en San Valentín, digo ‘ternura’ (y sin sarcasmo) porque se escucha más bonito que ‘lástima’… pensarán quizás que estoy amargada o molesta con el mundo, pero no es así, la amargura dejémosla a los limones, pero sean comprensivos con mi persona, sería hipócrita si les digo que desmayo de la emoción con estas fechas y que hago el mismo show que hacen algunas ridículas cuando el bruto del novio gastó sus ahorros de la mesada en comprarle el peluche más grande de la tienda.

Y como hoy ando de buenas y como celebro que he tenido vida suficiente para amar, quiero contarles una historia que me contó alguien por ahí… les advierto que no estoy despotricando en contra de cupido, solo trato de usar mis lamentos con algo de buen humor, ojo que cualquier parecido con mi realidad es pura coincidencia…

Parte 1 El cuento soñado...

Él la conoce sin querer, le gusta pero no está seguro si la atracción es mutua. Que cabrón es el destino, se la encontró otra vez, esta vez más simpática y coqueta, le pide su número, la invita a salir, ella acepta, él sabe lo que quiere, ella ni se imagina lo que él quiere, él la besa, ella lo sigue besando y el cazador terminó casado.

A partir de esa noche, no pueden dejar de escribirse todo el día y hablarse en las noches, ella le cuenta las tragedias de su día en la universidad, él trata de parecer importante en las pláticas, ella pone las fotos más sensuales en Facebook para impactarlo, él la piropea y le dice ‘qué mujer más bella’ todo el tiempo, ella finge que le cree, los dos están locos, ella enseña los mensajes románticos de él a las amigas, él enseña las fotos sexys de ella a los amigos. Y el mundo es feliz hasta el momento.

Los dos se buscan, por magia o por calentura siempre están juntos, un buen día, él no resiste la idea que otros la persigan, ella odia que coquetee con cualquier ‘zorra’, él dice: quiero que seas solo mía, para toda la vida, ella cree lo primero y se ríe con lo segundo pero dice que si, se abrazan, se comen a besos,  ‘mientras nos dure será eterno, corazón’…  y la vida es la cosa más divina que existe...

Parte 2 La historia de terror.

Él: -¿Dónde estás? ¿Por qué no contestas rápido? ¡Escucho la voz de otro pendejo ahí!

Ella: No amor, es un equis que iba caminando por ahí… ¡y no me estés reclamando si ya me contaron que ayer saliste con aquella tal por cual!

Empieza la guerra. Terminator y Rambo se quedan cortos. Él le dice que quite esas fotos tan ‘vulgares’ del Facebook, que no se ponga esas falditas ni esos vestiditos en los que enseña “todo”, ella le revisa el BlackBerry cuando está dormido y encuentra lo que nunca quiso encontrar… él se despierta y se arma Troya.

La vida se va acortando en dos simples escenas bastante homogéneas de pequeñas peleas y gigantescas reconciliaciones, pasa más tiempo y las cosas se ponen al revés, el orgullo va tomando terreno, la pasión se desborda en celos y chantajes, el amor ahora está herido, cohibido y se esconde en el baúl de las cosas perdidas rogando por no ser encontrado.

Parte 3 El  Apocalipsis 

El final es eminente pero hay algo que los hace aferrarse, el miedo a estar solos, el terror a verse en los brazos de otro y por cobardía se refugian en el placer, convirtiendo la relación en una mueca de payaso triste con risas momentáneas.

A él no le importa lo que le diga ella, a ella cada vez le duele menos lo que el hace, ya no gritan, no hay insultos, ahora la indiferencia es la conquistadora, importadores de lágrimas y exportadores de besos en bocas ajenas, ya se hicieron el suficiente daño pa darse cuenta que es urgente un borrón y cuenta nueva.
Las gestiones de la despedida son más jodidas que el propio adiós…

Pasó el tiempo, se encuentran en aquel lugar, ambos de la mano de otra persona, se miran, se sonríen pues saben que quizás están repitiendo la misma historia con otro pendej@ diferente.

FIN.


Feliz Día del Amor en todas las formas. Y de la Amistad, por supuesto.

 Les comparto esta hermosa canción y video... que dice la verdad más descarada del amor aunque duela..

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Realmente existen los amigos?


Y llegué a los deseados 21… y por primera vez en muchos años me la pasé bien… en realidad, este nuevo año me hizo reflexionar a cerca de las personas que forman parte de mi mundo imperfecto. Me di cuenta que en ocasiones he sido muy injusta con ellas… me alejé muchas veces de su cariño sincero e incondicional y me adentré en la vida de otros seres que en verdad no se ganaron mi confianza, al contrario me lastimaron mucho, pero como leí hace poco una cita en Twitter: “No hay que preocuparse por los tiempos difíciles, porque la mayoría de las lecciones que tenemos en la vida, vienen de cambios y errores”.

Si hubiese tenido un blog a los 15 años, probablemente todos mis posts hablarían de mis amigos y sus locuras, de cualquier supuesto amor de la vida, de mi primer borrachera con tres amigas  y de la cual todo el colegio se enteró… de mil cosas pues mi vida nunca ha sido aburrida, al menos no como ahora, que estoy sola en casa, sentada en un sofá, escuchando a la melancólica Adele, con el pelo mojado, con una terrible pereza pa escribir, con los ruidos sordos de esta mueca de capital y como único amigo mi celular que es testigo de mi soledad, pero ya sin dramas, hoy, a mis veintiún años, espero estar más madura y hablar de mis verdaderos amigos, los cuales si existen, ¡qué sorpresa! Y que no todos tienen, por eso y más me siento afortunada aunque esa misma fortuna es como un enorme arreglo floral que se mira lindo pero en el fondo tiene unas espinas peligrosas y algunas flores marchitas, pues como todo en la vida tiene algún negro en la sopa…

Y hablando de ‘negros’ hay uno en especial, se llama O.C.E. lo conocí en el colegio hace unos seis años más o menos, está completamente loco y lo digo literalmente, con sus constantes comentarios de ser un artista y sentirse frustrado por vivir en ese ‘horrible pueblo’ le está privando al mundo de ver su ‘belleza’ ese Negro es como esa sonrisa que sale aún cuando estoy en la peor de las desgracias…

Tres días antes de mi cumpleaños él, P.D.R. (mi mejor amiga, quien está un poco loca y tiene el carácter más especial del mundo) y yo teníamos pensado hacer algo juntos, antes de terminar las vacaciones, lo que yo no sabía es que ellos habían planeado celebrar el aniversario de mi natalicio sin que yo me diera cuenta, en fin a decir verdad no sospeché nada… pero saber que íbamos a estar juntos un fin de semana era fiesta total.

Eran como las 7:00 de la noche del sábado, el Negro y yo íbamos en camino hacia Becerra, lugar donde es originaria P.D.R. y donde nos estaba esperando muy desesperada por cierto...
Mientras cantábamos y gritábamos como locos ‘My happy ending’ de Avril Lavigne estaba pensando sobre todo en la parte de: you got your dumb friends… no en nadie en especial más que en mí y todos esos basuras que me han hecho daño, así sin avisar y a quema ropa le pregunté a O.C.E. no sin antes bajarle al volumen de la música:

 - ¿Vos crees que algún día nos enojemos tanto que nos dejemos de hablar y yo cuente tus secretos, vos los míos, y nos odiamos a muerte y guerra total, crees que eso sea posible?

-¿por qué crees eso? Respondió con otra pregunta.

-Solo contéstame, ¿crees que algún día se acabe nuestra amistad? -le resumí.

-Yo también estaba pensando eso el otro día, y si puede llegar a pasar si somos tontos y nos dejamos llevar por lo que digan o hagan otras personas, si vos estas segura que yo nunca te traicionaría pues yo pienso lo  mismo, nosotros no somos amigos, somos hermanos.

Y con esa respuesta fingí sentirme conforme y le dije: tenés toda la razón. Mientras le volvía a subir al estéreo y seguía perdiéndome en mis pensamientos.

Nunca me he puesto a dudar sobre el cariño que me tienen mis amigos, sé bien clasificar los verdaderos de los impostores sin crear rivalidades estúpidas, nadie es tan perfecto como para agradar a todo el mundo. Pero en mi mente siempre ha estado la frase que me dijo mi madre una vez: “En este mundo no hay amigos! Solo Dios y tus padres te pueden amar incondicionalmente” y no dudo ni un minuto de la veracidad de esas palabras, pero cuando alguien que no lleva tu sangre se llega a convertir en parte de tu familia, haces contar su significado, he aprendido a querer a mis amigos como si fuesen mis hermanos, a veces los odio cuando discutimos y me gustaría que se tropezaran si van caminando y si eso pasa me caigo también pero de la risa… me ha dolido cuando me han fallado y más cuando yo les he fallado pero en ellos conocí el perdón por muy humillante que parezca.

Nunca voy a olvidar ese verano en el que me enamoré sin querer del equivocado y todo lo que hacían ellos era escudar a mi corazón para que no me lo hicieran caca, aunque al principio no entendí con el tiempo  a regañadientes les di la razón.

Mi familia es la principal razón por la que me siento más orgullosa y bendecida en esta vida pero mis amigos son como ese plus de alegría que ocupan mis días grises como el de hoy...

PD. Feliz mes de la amistad... Ahh y también Feliz mes de los Pendejos, quiero hacerles un homenaje a ellos en el próximo post.
Ciao.....
Les dejo esta bella canción pa que la dediquen