domingo, 8 de abril de 2012

Síndrome del corazón roto.


Soy yo hace un año, dejándome envolver en sus besos. Olvidando fugazmente al abogado malvado. Soy yo sintiendo el gusto a las cervezas. Saliendo a los bares. Tomada de su mano. Algo mareada y con ganas. Con mi sonrisa, su sonrisa, sus grandes manos, mi pelo desparramado en su pecho. Mis labios mordidos. Las miradas ardientes. Las rancheras. El vodka. Alguien que lloraba a lo lejos.

Era él y sus celos tempranos, era yo con mis vestidos cortos, mis coqueteos, su enojo y mi diversión. Era mi mano en su pierna. Su boca en mi cuello. Era la pasión, los cuerpos sudados, timbre, música, aire. Las llamadas hasta el amanecer. Las mentiras para llegar tarde. Era la lambada. Era la felicidad en boomerang. Somos los dos construyendo recuerdos. 

Fue la noticia. Él está asustado, yo sorprendida. Una nueva vida germina, alguien sigue llorando, esta vez más cerca. Soy yo con los ojos expandidos, es él diciéndome que todo estará bien. Descubro que lo quiero. Y me da miedo el futuro. Él no me deja ir. Decido quedarme, decido apoyarlo. Me olvido de mí.

Es el veneno en forma de chisme lo que llega a mis oídos. Es el pueblo de las habladurías. El único lugar donde hay más jueces sin licencia. Donde tienen más talento para criticar a los demás que para trabajar y salir adelante. Es mi paciencia a prueba. Es mi mejor amigo advirtiéndome que voy a sufrir. Soy yo dudando, es él prometiendo que todo estará mejor. Soy yo apoyándole, es él besándome. Es la gente hablando.

Es la universidad y las clases. El tedio y la rutina. Soy yo chequeando mi celular a cada minuto. Es él y sus palabras bonitas. Es él y sus promesas de cartón. Son mis amigos opinando. Soy yo queriéndolo cada vez más…

Son las noches más calmadas. Es el tiempo que transcurre en un triciclo. Son mis ganas de escribir por los suelos. Son las lenguas venenosas. Las salidas a lo incierto. Los sustos por no pensar con anticipación. Somos él y yo jugando con fuego, tentando al destino, besándonos más despacio y con más intensidad. Son los ‘te amo’ que se dicen en ese preciso momento. Es la complicidad y la certeza de querer estar juntos.

Son mis vacaciones, las visitas por la mañana, mis shorts, la televisión. Son los besos en el sofá. Sus cambios de humor. Sus celos absurdos. Mis sospechas. Las discusiones por nada. Su BlackBerry en mis manos. Mi desilusión y mi boca cerrada... Mi mejor amigo diciéndome "te lo dije" y secándome las lágrimas. Pidiéndome que sea la misma de antes. Yo sintiéndome idiota. Preparando una venganza silenciosa. Soy yo saliendo con uno que otro buitre. Es el arrepentimiento. Es la culpa que multiplica mi amor. Decido olvidar. Misión imposible.

Es el sepulcro de la confianza. Las palabras que dejan heridas imborrables. La voz alta, uno que otro insulto y empujón. El amor y la guerra. La reconciliación y la pasión. Es mi paciencia agotada. Es su mirada perdida. Son mis lágrimas. Mis mensajes largos. Es él pidiendo que me calme. Soy yo fingiendo que no me importa...

Es una llamada a las dos de la mañana. Otro chisme. Esta vez duele más... Soy yo llorando (de nueva cuenta), es él llamando. Negándolo todo. Decido terminar. El insiste, yo me hago la fuerte. Sigue insistiendo. Yo sigo ignorando. Él se aleja.

Es un vestido negro y la mano de otro en mi rodilla. Son besos en labios distintos. Es la gente viendo, soy yo jugando a ser él. Son sus ojos sobre mí. Es su dolor al verme con otro. Llega otra vez la culpa. Ahora son sus reclamos. Ahora es su sufrimiento que disfruto mientras algo se apaga poco a poco.

Es el perdón que vuelve o se disfraza de algo más. Sin ganas de estar dispuestos a olvidarnos. Vuelve la sed de amarnos o de comernos vivos. Es otra vez la indecencia de sus labios. Mi perturbada mente. Sus preocupaciones. Y mi mano sin su mano. Es su indecisión. Es mi fastidio… soy yo caminando sola.

Es mi bipolaridad. Mis ganas de verlo, sentirlo, golpearlo e insultarlo. Soy yo buscándolo. Olvidando intencionalmente todo. Es él tomando el poder. Rechazándome, culpándome. Hiriendo donde más duele. Dejando en el aire mis intenciones. Jurando que no lo volveré a buscar. Soy yo llamando a mi mejor amigo otra vez, contándole el mismo cuento.

Son mis ganas de huir. Es ese sentimiento vació de no saber si todavía lo quiero. Es la mente que insiste en pensarlo. Es su silencio. Es mi locura. Es querer encontrarlo en otros labios, es decepcionarme sin emoción al percatarme que nadie me ha besado tan bien como lo hace él. Es odiarme a mí misma por pensar así. Es creer otra vez que todos los hombres son iguales. Es tener la mínima intención de enamorarme otra vez.

Es un año después, llorando en el mismo hombro del mismo amigo. En aquel mismo lugar. Viendo el atardecer. Comiendo vasitos. Contándole mis planes. Consolándonos los dos. Haciendo locuras. Riendo, llorando, preguntando al cielo, qué haría él sin mí, y qué haría yo sin él…

Soy yo en el presente, llegando a casa. Sin ánimos de contestar el celular. Tirándome a la cama, abrazando una almohada, mi corazón latiendo por momentos tan fuerte y por momentos tan débil, esa misma sensación en el pecho cada vez que pienso en el ayer en lo que fue y lo que no pudo ser. Esa especie de dolor que parece tan real. Esa impresión de vacío y soledad… solo es un corazón roto, que quizás duele tanto porque está empezando a cicatrizar.

2 comentarios:

  1. "Las palabras que dejan heridas imborrables."
    solo es un corazón roto, que quizás duele tanto porque está empezando a cicatrizar.

    Te comprendo, he pasado por lo mismo, no es tan facil como todos nos hacen creer el tiempo solo hace mas soportable el dolor no lo aminora, ahora se por lo que estas pasando. te quiero mucho Lizy

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  2. es un torbellino emocional, y una confusión que solo me queda decir que te lleva de la gloria al infierno, y que simplemente no tiene nada que ver con amor, te recomiendo que investigues que es el amor verdadero, pero claro esta no es lo que te cuentas las estúpidas novelas, los amigos o amigas, las canciones o las revistas , o la publicidad, con aprecio te digo hay mucho que saber sobre el tema

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