domingo, 15 de abril de 2012

LA PRIMERA VEZ



Antes quisiera agradecer de buena manera a los que creyeron que este post hablaría sobre sexo, en efecto lo es. Sin embargo, cabe aclarar que no se trata de una historia personal aunque no tendría pena en admitirlo, pues a veces mi honestidad es más grande que cualquier pudor, pero en este caso, este post es más bien como un amasijo de historias que me han contado, que he visto y otras que me imagino. Todo en una sola... Porque todos habremos de pasar por lo mismo, porque siempre habrá una primera vez que recordar… o que lamentar.

Isabel a sus 17 años se siente lista para perder su virginidad con el que cree es el amor de su vida: Javier, el chico de la universidad, alto, fornido, piel clara y cejudo. Todas se mueren por él. Pero nadie lo mira como ella, nadie lo ama tanto como ella… y es un gran logro que él se haya fijado en ella

Totalmente convencida de su amor, acepta tener sexo con él. Como si fuera cualquier proposición, como ir al cine o ir a pasear. Isabel quiere saber lo que es amar. Quiere “sentirse mujer”.
Decidida y con el cuerpo lleno de calentura y adrenalina, llega a casa y lo primero que hace es llamarle a su amiga más experimentada para pedirle consejos, es Julia, la que todos tachan de puta pero en el fondo, todos admiran también.

-Tenés que depilarte bien, sobre todo “ahí”. No se te olvide oler bien rico para que no hable mal de vos. Ponete un hilo, cuidadito te ponés un calzón de maripositas que le matás la pasión. Ahh y ¿ya sabés lo que tenés que hacer, verdad? – le pregunta Julia

-No sé nada, por eso te estoy pidiendo ayuda… - le responde Isabel.

-Ok, mira porno y aprende bien como se mueven, es casi como perrear solo que sin ropa, y si no sabes bailar ya te jodiste.- le dice Julia riéndose.

No tan convencida de los consejos de su “amiga”, Isabel busca en el Internet pornografía, siente vergüenza consigo misma, no sabe como se hace el sexo pero se imagina que no debe ser tan difícil. Se rinde con el porno y se queda tirada en la cama.

Hundida en sus pensamientos empieza a imaginar a Javier y sus besos, en la primera vez que le tocó sus pechos y cuando quiso ir más al Sur pero su pudor no lo dejó. Pensó en la primera vez que sintió deseo de estar con alguien, en como se lo imaginaba entre sus sábanas, en como descubrió el arte de masturbarse y sentir ese placer inexplicable. Pensó en que ya era hora de ser mujer y de ser igual que sus amigas.

Con aire de euforia y excitación se para de la cama, se desnuda frente al espejo y mira su cuerpo, le gusta lo que ve aunque le acomplejan sus senos pequeños pero no se abruma. Se mete al baño y se dispone a seguir las directrices de la atrevida Julia.

Son las 7:30 de la noche, y Javier está por llegar a su casa. El plan es decirle a papá y mamá que hay una buena película en el cine y no tiene idea de cuánto dura la función. Plan exitoso. Isabel se siente un genio y la peor de las mentirosas pero en esos momentos poco le importa.

Es casi la hora pero su impuntual novio aún no llega. Timbra su celular es un nuevo mensaje y corre a leerlo. No es Javier, es Julia dándole las últimas instrucciones: “No se te olvide la mentita, un protector por si ese salvaje te hace sangrar, porque te tengo noticas amiguis, eso te va a doler hasta el… así que relajada, despacito y suave. Concentrada y pensá en cosas bonitas. Acordate que los hombres son unos salvajes y tu novio no es distinto a los demás o al menos eso me han contado… si ocupas saber algo más me escribís. ¡Suerte! Ah! Otra cosa: NO uses condón, duele más… bye bye.

Isabel entre confundida y consternada no contesta el mensaje pero asume que todo saldrá bien. Afuera suena el motor del carro de Javier, al fin llegó. Es la hora de la verdad.

Al encuentro Javier ataca a Isabel con un beso apasionado, como quien dice, está tanteando el terreno, Isabel responde al beso pero su nerviosismo es evidente, su corazón latiendo a mil por hora y sus manos sudadas fueron la mejor evidencia. Siente miedo y su cabeza de pronto se llena de dudas.

¿Será el indicado? ¿Y si este cabrón cambia conmigo por esto? ¿Y si no le gusta como soy en la cama? ¿Y si me deja de querer mañana? Esas entre otras mil preguntas se hizo Isabel mientras miraba la carretera, se dirigían al motel más cercano. Observaba al pillo de su novio que iba con una sonrisota de payaso de circo, mientras ella pareciera que iba como un chanchito al matadero.

Y el momento por fin llego. Están los dos tirados en la cama aunque con ropa. Javier se entretenía acariciando el cuerpo tembloroso de Isabel, en cada beso intentaba desabrocharle el jean pero ella se resistía un poco: “más despacio” le decía Isabel mientras observaba la mirada lujuriosa de su novio que parecía tan maravillado como un aventurero explorando tierras nuevas.

Y entre un “no quiero” y “me encanta” quedaron los dos desnudos. Isabel no podía evitar sonrojarse pues ningún hombre la había visto desnuda, nadie había tocado antes su sexo. A nadie se había entregado antes con tanto amor.

Por otro lado Javier tenía la mirada extasiada como si estuviera a punto de comerse un manjar. Por un momento los dos parecían fluir al mismo ritmo, la pasión era más fuerte que cualquier pudor, pero Isabel se ponía en alerta cada vez que Javier intentaba abrirle las piernas cual si fuesen un libro.

 -Tengo miedo… -le dice Isabel mientras lo detiene con sus manos.

-¿Miedo por qué? Si yo te amo, no estamos haciendo algo malo. Nada va a cambiar al contrario seremos más felices, sos la mujer de mi vida, con la que quiero estar. –esas y otras falacias le decía Javier con esa dulzura que Isabel adoraba.

Isabel se dejó penetrar. Sintió una gran presión y le pidió a su enamorado que lo hiciese más suave. Pareciera que Javier sabía exactamente lo que tenía que hacer. Isabel sentía todo menos placer. Sentía una especie de ardor y dolor. Pensó en el mensaje de Julia y en la veracidad de su advertencia. Javier disfrutaba como un niño en dulcería, le importaba poco los gestos de dolor de su novia, solo pensaba en él, en su otro yo y en lo bien que la estaban pasando. Hasta que por fin terminó. Isabel sintió un alivio. Se paró de la cama y se metió al baño. Nuevamente corroboró las palabras de su amiga.

En el camino de regreso Javier parecía distante, como transformado, se miraba cansado pero con un aire de triunfador. Mientras que Isabel lo buscaba con la mirada. Se sentía extraña. Ya no se sentía igual.
Al llegar a casa no quiso ver a su mamá a los ojos, temió que descubriera lo que pasaba. Quizás lo descubriría en su forma de caminar o en sus ojos. Que su pequeña hija, la bien cuidadita ya no era más una niña sino toda una mujer... que acaba de perder la virginidad en un motel.

Ese día no pudo dormir, sentía escalofríos, sentía todavía un poco de ardor, un poco confundida y más enamorada. Un tanto emocionada porque por fin les contaría a sus amigas con lujo de detalle como fue su primera vez con el hombre de sus sueños…

Lo que no se imaginó Isabel es que en efecto, Javier no seria ese hombre ideal que la mantendría en el cuento de hadas constante. Quién iba a decir que ese hombre al cual le entregó su inocencia sería también quien la lastimara y le arrebatara también la inocencia más importante: la de confiar ciegamente por amor.

Ahora Isabel es una mujer. Una mujer que ya no cree en príncipes azules, que ya no se entrega tan fácil, es como una flor espinosa que no deja pasar a cualquiera. Una mujer que en el fondo sigue siendo aquella adolescente ingenua pero que ya no ocupa consejos de una promiscua, solo espera a alguien que la haga cambiar de opinión, alguien que le demuestre que hay algo más placentero que el sexo, alguien que le enseñe a hacer el amor.

12 comentarios:

  1. Me encanta... Toda una Marqués de Sade. :D

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  2. Bastante grafico, pero muy cierto, no voy a santificar ni nada aqui verdad, porque nadie es santo, ni hombres ni mujeres, estas cosas pasan bien seguido, tal vez mi unico comentario es, que es la triste realidad de la inocencia...si todos tuviesemos personas que nos supieran guiar y dejarnos guiar mas que todo, la vida fuese mas facil, pero entonces ahi, se llega a otro dilema, la "vida" un verdadero misterio.Buen post ;)

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  3. Asi es Leo, la ignorancia y la ingenuidad son causantes de graves errores, pero de eso se trata de equivocarnos y aprender, otra vez gracias por leerme, un abrazo

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  4. Me encanta tu forma de hacer que uno se meta en la historia, tenes una forma bien grafica de escribir, excelente tema y la historia. Me gusta tu forma tan cruda de decir las cosas. Excelente espero el proximo ;)

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  5. Gracias Alex, de verdad que valoro mucho tu opinión, besos!!

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  6. Escribis muy bien..nos trasladas a la escena.. y es triste muchas veces como las mujeres caen x simples palabras.. debems amrns, valorarns y cuidrans ;)

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    1. bueno, dicen que no hay arma mas letal que las palabras y más cuando se es joven e inexperto, gracias por compartir tu opinión :)

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  7. creo que todas pasamos por lo mismo

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  8. lo que no nos mata nos hace mas fuerte dice el dicho, lo cual es muy cierto, en esta escena de la vida tiene mucha razón, tod@s de una o de otra forma hemos pasado por lo mismo,(en teoría) nos hablan bonito, nos hacen caricias, nos envuelven en su trampa y como un dulce nos desenvuelven desnudándonos el alma y el cuerpo haciéndonos creer que fue lo mejor, y al darse la vuelta ya ni se acuerdan de esa persona que complació sus instintos sexuales, y después de todo eso poco a poco florece una bella rosa con las mas afiladas espinas, tratando de que nada ni nadie traspase ese fuerte lleno de tantos sentimientos reprimidos a punto de explotar.

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  9. woooooooow me remonte cuando pase xeso y fue tan diferente, no digo que no hubo dolor, pero mas bien el se apego mas a mi, me cuida mas, me trata con mas cariño y que los 2 eramos virgenes, y eso ya paso hace 3 años, la verdad creo q encontrar al amor de tu vida es dificil pero no imposible, al menos yo creo que ya lo encontre.

    ME ENCANTA LO QUE ESCRIBES

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  10. bueno a todas nos pasa diferente y nos tocan hombres algo diferentes. Muchisimas gracias por tu comentario espero que em sigas leyendo besos!!!!

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